Antioxidantes alimentarios: qué son, tipos y cómo benefician a tu salud

Los antioxidantes alimentarios son sustancias que se añaden a ciertos productos con el fin de preservar su frescura, evitar que se enrancien y mantener su calidad nutricional y organoléptica. Su función principal es retrasar el proceso de oxidación que puede afectar negativamente al color, sabor, textura o valor nutricional de los alimentos. Este tipo de aditivo se ha convertido en un elemento esencial dentro de la industria alimentaria moderna, especialmente en productos procesados y con alto contenido en grasas.

Además de su papel tecnológico, muchos de estos compuestos también están relacionados con beneficios para la salud humana, ya que ayudan a combatir los radicales libres, unas moléculas inestables que pueden dañar las células del organismo.

Clasificación de los antioxidantes alimentarios.

La legislación alimentaria europea regula estrictamente el uso de los antioxidantes alimentarios, que se pueden dividir principalmente en dos grupos: los naturales y los sintéticos. Ambos tienen funciones similares, aunque difieren en su origen y en la percepción del consumidor.

 Antioxidantes naturales.

Los antioxidantes naturales se extraen de fuentes vegetales o se encuentran de manera natural en algunos alimentos. Ejemplos comunes son la vitamina C (ácido ascórbico), la vitamina E (tocoferoles) o ciertos polifenoles. Se utilizan no solo por su capacidad conservante, sino también por los beneficios nutricionales que ofrecen.

 Antioxidantes sintéticos.

Se fabrican químicamente en laboratorios y son muy eficaces en la prevención de la oxidación, aunque suelen generar más polémica. Entre los más comunes se encuentran el BHA (E320) y el BHT (E321), que se emplean en productos como margarinas, aperitivos y productos de repostería industrial.

 Cómo actúan los antioxidantes.

Estos aditivos actúan interfiriendo en las reacciones químicas que dan lugar a la oxidación. En concreto, neutralizan los radicales libres, lo que ayuda a preservar tanto la calidad como la seguridad del alimento, prolongando su vida útil.

 ¿Dónde se encuentran los antioxidantes?

Los antioxidantes alimentarios están presentes en una gran variedad de productos. Algunos ejemplos incluyen:

– Aceites vegetales y margarinas 

– Productos cárnicos y embutidos 

– Galletas y bollería industrial 

– Zumos y bebidas enriquecidas  

– Frutas en conserva o precortadas

Lista de antioxidantes alimentarios más comunes

A continuación, te presentamos los cinco antioxidantes más utilizados en la industria alimentaria:

1. E300 – Ácido ascórbico: vitamina C, antioxidante natural presente en zumos, frutas y productos horneados. 

2. E306 – Tocoferoles: derivados de la vitamina E, empleados especialmente en aceites vegetales. 

3. E320 – BHA (Butilhidroxianisol): antioxidante sintético muy eficaz, usado en snacks y margarinas. 

4. E321 – BHT (Butilhidroxitolueno): similar al BHA, se emplea en productos ricos en grasa. 

5. E330 – Ácido cítrico: se encuentra de forma natural en frutas cítricas, también añadido para evitar oxidación en frutas y bebidas.

Beneficios y aspectos a tener en cuenta.

El uso de antioxidantes alimentarios conlleva numerosas ventajas, tanto desde el punto de vista tecnológico como desde la salud pública. Sin embargo, también es importante conocer los posibles efectos secundarios o preocupaciones asociadas a su consumo prolongado.

Ventajas para la industria y el consumidor.

Gracias a los antioxidantes, los fabricantes pueden ofrecer productos con una vida útil más larga, con mejor aspecto y sabor. Esto ayuda a reducir el desperdicio alimentario y garantiza que los productos lleguen en buen estado al consumidor. En el caso de antioxidantes naturales, los beneficios se extienden incluso a la salud, ya que refuerzan el sistema inmunológico y ayudan a combatir el envejecimiento celular.

Etiquetado e identificación

Todos los aditivos, incluidos los antioxidantes, deben aparecer en la etiqueta del producto. Se identifican mediante un número precedido por la letra “E”. Por ejemplo, E300 para el ácido ascórbico. Leer las etiquetas permite al consumidor tomar decisiones informadas y elegir productos más saludables.

Los antioxidantes alimentarios cumplen una función clave en la conservación de los alimentos y en la protección de la salud cuando se consumen adecuadamente. La mejor forma de aprovechar sus beneficios es mantener una dieta equilibrada, basada en alimentos frescos y productos con aditivos seguros y bien regulados.

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